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Books de Ervins Strauhmanis vía Flickr |
Hace ya algún tiempo, empecé a escribir una entrada sobre este tema. Había leído cierto libro y acababa de terminar el anime de "Ataque a los titanes" y andaba algo desencantada con ambas experiencias, así que me puse a pensar en el tema de cómo nos afecta el momento de la vida en el que realizamos una lectura (o en el que vemos una película/serie, que vendría a ser lo mismo).
De todos modos, como fui incapaz de desarrollar las ideas que tenía en la cabeza, terminé por abandonar la entrada en ese pozo infinito en el que guardo el millón y medio de borradores que tengo por terminar.
Pero estos días, después de haber "leído" dos libros más, de haber visto un anime de mechas que me pareció un copy-paste de todos los que había visto anteriormente, haberme encontrado con dos reseñas que me han llamado la atención y de que, en definitiva, el mundo se haya puesto de acuerdo para obligarme a terminar esta entrada, he decidido ponerme a ello.
Para poneros en situación, digamos que todo esto empieza con el libro "Bajo la misma estrella" de John Green.
Hace unos días, en Twitter, alguien comentó que se lo estaba leyendo. Había escuchado de todo sobre ese libro (siempre en los dos extremos), así que me dije "echémosle un ojo (sólo uno), para poder juzgar por mi misma". Y no pude pasar de la página 25.
25 páginas no dan para mucho, pero, para que os hagáis una idea, en ellas me encontré con una historia tan típicamente adolescente, con una protagonista "oye no soy guapa pero me dicen que sí", con un protagonista "que está cañón, pero yo no soy superficial y no me fijo en esas cosas, pero, oh, vaya, ya me he enamorado de él por su físico". Y aunque eso antaño no me había molestado (incluso me había gustado) ahora me parecía lo más aborrecible del mundo.
Más tarde, estuve investigando sobre la historia (y también sobre la película que han hecho) y me di cuenta de que la historia me recordaba horrores a "Un paseo para recordar" de Nicholas Sparks, que leí a los 17 y me encantó. Y me puse a pensar en que, probablemente, si "Bajo la misma estrella" hubiese caído en mis manos en esa época, yo me hubiese convertido en una de sus mayores fans.
Después, cuando pasaron los días y hube terminado con uno de Murakami que cogí por entre medio, empecé otro libro, "Elantris", de Brandon Sanderson. Ese autor era uno de mis pendientes de hace tiempo y todo el mundo lo pone por la nubes. Es un MUST para los amantes de la fantasía. ¿Así que... qué coño estaba haciendo yo sin leerlo?
Entonces ocurrió algo: no suelo leer los prólogos de los libros, pero en este sí lo hice. Según el editor (que era quien lo escribía) "Elantris" era una obra muy original, que rompía esquemas y resultaba un soplo de aire fresco para el género. ¡Incluso el mismísimo Orson Scott Card la avalaba! No es que estuviera buscando esa novedad precisamente, pero esos comentarios hicieron crecer mis expectativas a niveles astronómicos, porque si te venden algo con tanto entusiasmo... terminas por creértelo.
Y el caso es que llevo leídas unas 100 páginas y sólo puedo pensar en "Olvidado Rey Gudú" de Ana María Matute, La Saga Darkover de Marion Zimmer Bradley y también en algunas pinceladas de "Canción de Hielo y Fuego" de George R.R. Martin. El libro está bellísimamente escrito, la historia resulta bastante interesante y no tengo quejas sobre la trama ni los personajes (bueno, exceptuando el tema religioso, que es algo que aborrezco por encima de todas las cosas). Pero no me resulta original y ni siquiera ha prendido esa chispa interior que prenden las grandes lecturas, las que te marcan.
Y, nuevamente, me pregunté si haberlo leído 15 años atrás habría cambiado la percepción que tengo de él.
Cambiando un poco de tema, hoy leía una entrada que Claudia ha puesto en su blog, en el que hablaba de lo que le había parecido la lectura de "El libro de los portales" de Laura Gallego y la decepción que se había llevado con él. Podéis leer la entrada aquí, pero, probablemente, si no habéis leído el libro ni conocéis a la autora no os llame la atención por eso os dejo una reflexión que le he hecho a ella en los comentarios:
"Memórias de Idhún" (de la misma Laura Gallego) fue una trilogía muy importante para mí. Como le comento a Claudia, analizándola con perspectiva puede que no sea el mejor libro del mundo, esté plagado de fallos y, probablemente, si lo leyera ahora por primera vez no me gustaría ni la mitad de lo que me gustó entonces. De todos modos, sigo recomendándolo en la librería y considerándolo uno de mis libros favoritos de todos los tiempos.
Para terminar, me gustaría compartir con vosotros una reflexión que me hizo una clienta que tenemos en la librería (de hecho, puede que sea la mejor clienta). Es una mujer de unos 65 años y lee muchísimo. El caso es que un día, asqueada con las últimas lecturas que había hecho y decidiendo retomar algunos clásicos por si el cambio de aires la animaba un poco, me dijo que cuanto más mayor se hacía, peor lo pasaba con las lecturas, porque todo empezaba a parecerle igual y nada la sorprendía.
Y eso me dio una pena inmensa.
Con todas estas cosas, ahora no puedo evitar hacerme todas estas preguntas:
- ¿Es cierto que con la edad perdemos la capacidad de sorprendernos?
- ¿De qué manera influyen (positiva o negativamente) las lecturas anteriores que hemos realizado en nuestra vida a la hora de afrontar una de nueva?
- ¿Deberíamos ser más cuidadosos al escoger esas primeras lecturas por el modo en como pueden marcarnos en el futuro?
- ¿Podemos seguir considerando un libro como bueno si nos gustó entonces, pero ahora nos parece un horror?
- ¿Podemos decir que un libro es "malo" simplemente porque nos ha llegado en un momento de la vida que no era el adecuado?